En Paso de los Toros pesqué, siendo un niño, mi primera tararira. El pasado fin de semana logré capturar, y devolver, una tararira azul o tornasol de épicas dimensiones. No será la última, pero será casi imposible superar esos 6.800 kgs y todas las pequeñas circunstancias que derivaron en su captura. Que haya sido a pez visto -cual yacaré crucereando a flor de agua- coronó la emoción de un engaño explícito mediante un pajarito diseñado especialmente la noche previa con ese único cometido. Recordé a mi padre Julio León Sanguinetti Muape, nacido justamente en Paso de los Toros y promotor de mis primeras pescas. También a Don Miguel González que, viendo la dificultad de ir a pescar a caballo, hizo construir una maravillosa volanta para que pudiera trasladarme y transportar mis ya variados adminículos pesqueros. Y mucho más cerca en el tiempo, a Ignacio Silva creador de la ultra efectiva mosca pajarito, experto conocedor de la región pesquera y copartícipe del famoso engaño del aljibe, a Marcelo Morales mi iniciador en las artes del engaño de la pesca con mosca y maestro de los maestros, al anfitrión de siempre Josemir Lujambio y Cabañas Gallos Blancos y, last but not least, a Gus Acer, hermano de éstas y otras lides vitales así como ideólogo del famoso engaño citado del que todos los mencionados han sido cómplices. Amigos todos. Muy queridos amigos. Antes y después de éstos los primeros atardeceres de una temporada que se presenta auspiciosa. Y mucho más allá de los muy felices 6.800 kgs