un comienzo difícil pero apasionante.
Principio de temporada, o mejor aún el primer viaje después del receso invernal, después de meses de atado de mosca; soñando solo con pescar nuevamente los lugares ya conocidos y visitar nuevos lugares como el del viaje que hicimos al río Uruguay, lugar donde habitan grandes dorados. El viaje comenzó cuando lo pase a buscar a pablo el jueves 22 de agosto y de allí nos fuimos a rosario para juntarnos con Damián y su padre ángel. Tipo 3 de la mañana del viernes nos reuníamos con ellos para terminar de cargar los bártulos restantes en el vehiculo de ángel nos subimos y partimos rumbo a Concordia, ciudad entrerriana a orilla del gran río que nos separan de nuestros hermanos charruas, las condiciones climáticas no eran las mejores ya que venia haciendo muy buena temperatura de hasta unos 28 grados y justo el jueves llegaba la ultima ola polar la cual hacia descender la temperatura a menos un grado, se hacia sentir el rigor del frío. Llegamos a la localidad entrerriana y nos dirigimos al camping la tortuga alegre este ultimo lugar mas cercano al paredón de la represa del lado argentino, mucho frío, apenas unos rayos de sol y un nublado que se avecinaba, los pronósticos no eran los mejores pero a modo de consuelo con Damián ya decíamos desde antes de salir que el fin del viaje era revisar las dos márgenes del río para futuras pescas, pero la esperanza siempre intacta de poder engañar un amorillo con nuestras moscas, es así que nos volvimos hacia la localidad de Concordia con el fin de encontrar un grupo de mosqueros de la misma cuyo grupo se llama entre plumas y anzuelos, llegamos al parque San Carlos creyendo que su ranchada se encontraba en este, pero no fue así, nos encontramos con el río en 5 metros y ni se veían los accidentes del famoso salto chico, con todas las condiciones en contra, frío, nublado, río alto y el agua un poco turbia por la turbulencia, lo mismo arme el equipo y enseguida mojes mis primeras moscas por supuesto sin tener ningún resultado, después de un tiempo Damián dijo volvamos al camping, así fue que ya en la tortuga, pablo nuestro chef oficial nos deleitaba con un rico asado acompañado de un buen vino, y enseguida a seguir con los lances desde la costa, debajo de la antena de alta tensión que une la red eléctrica con el país hermano en el tercer tiro la mosca cae lejos con una buena presensación deriva larga línea 300 grains, siento un toque, afirmo lleva, y empieza la pelea con un sábalo enganchado justo en el hueco de la agalla, pelea por un par de minutos y afuera, foto de por medio y noto que estaba como golpeado a los costados, paresia como chupado o apretado por un surubí, a la tarde nos decidimos cruzar al frente, del lado uruguayo, bajamos justo donde esta el alambre que prohíbe el paso asía la represa, una corredera entre las piedras negras enormes espectacular, ahí enseguida armamos lo equipos y nos pusimos a pescar, el día nublado mucho frío la temperatura no paso nunca los diez grados de máxima en todo el finde, en eso de que se nos iba la tarde el sol asomo un ratito, el agua pegaba y se metía debajo de una gran piedra y yo ya había echo muchos lances y pensaba no puede ser que no allá uno ahí abajo, lo que hice me subí a una piedras arriba y desde allí pude colgar la mosca justo en la entrada un buen rato la movía le daba vida y justo cuando me decidí a sacarla subió un doradillo y me la tomo al mejor estilo trucha muy suave y la escupió enseguida sin darme tiempo a nada, asombro y alegría el primer pique había llegado, por supuesto hice lo mismo unos 15 minutos mas y no paso nada el sol se volvió a tapar y la tarde se nos fue yendo, vuelta para argentina. Dura noche nos esperaba en carpa con una helada de aquellas, nos despertamos no tan temprano, un buen desayuno café con leche y una mermelada casera hecha por la madre del chef, el río había bajado un poco medio metro más o menos, decidimos ir a conocer la ciudad de salto y ver de hacer la visita guiada a la represa, muy linda las dos cosas y gratis las visita, así que todo bien, por la tarde volvimos a nuestra patria y pinchamos una goma, hablado con el gomero nos indico donde se reunían los mosqueros entrerrianos, fue así que nos fuimos a ver el lugar llegamos y al instante llego uno de ellos, al cual le llaman lanita, hablando pescamos de todo, jajaja, bueno pero en fin lanita nos dio las pálidas de que el río estaba muy crecido y que la pesca no estaba buena por ello, y nos dijo que probemos en el camping debajo de los Sarandi al fondo, de regreso en el campamento y ya de noche había dos opciones como pintaba la cosa, o desarmamos todo y nos vamos ahora o dormimos nos levantamos mañana temprano y nos vamos, ángel dudo en la primera y con mas experiencia dijo muchachos descansemos y nos vamos mañana al cual yo lo apoye por lo sensato de la cosa sin nada que perder fue lo que decidimos, nos levantamos temprano y por sorpresa vimos que había bajado como dos metros de agua, desayunamos, y con Damián nos miramos y dijimos hay que probar, empezamos a peinar toda la costa del camping hasta llegar a los Sarandi, Damián se aposto en el primero y yo me fui a segundo el cual estaba un poco mas adentro del agua, viento en contra pero con paciencia un tiro bueno deriva larga y nada, luego dos tiros muy chotos el viento mas fuerte la deriva larga y nada, de repente un buen lanzamiento el mas largo de todos los de la mañana la mosca cae al agua como pidiendo permiso justo enfrente del Sarandi y el río se lo sede ,misma deriva y en el primer tripeo la mosca parte en sentido totalmente opuesto. La línea comienza a irse asía adentro con la mano tripeo como clavando a los tarpones justo ahí se tensa y viene el salto del dorado, que dorado, enseguida me vino a la cabeza concéntrate por que es grande y si te gana asía el Sarandi fin de la pelea así que lo prepie un poco y lo saque para mi lado la caña se doblo como rama de sauce y así la mantuve en toda la pelea lo arrime a un metro de la costa y yo me aleje así atrás ahí pasaros los minutos yendo y viniendo, hasta que Damián se acerco y me dijo uno tenia que picar no podía ser, cuando se arrimo al dorado otra vez enfilo para los Sarandi y otra vez lo prepie ya esta vez el pez estaba mas cansado, Damián no quería agarrarlo de la cola por miedo a perderlo y el agua estaba muy frío para meterse, así que un par de minutos mas y la bestia se varo en la costa como las ballenas, una alegría inexplicable, mi cara lo decía todo, así me dijo Damián que sentía lo mismo, termine cansado varias fotos y al agua, una dorada que peso 7 kilos en el boga, y al agua se fue como si nada, ojala que otro la pesque y disfrute de la misma sensación la cual me duro un par de horas. Desarmamos los bártulos y volvimos sintiéndonos conforme por el regalo del río prometimos volver cuando las condiciones mejoren…..