Hacía tres años que no pescaba en la Patagonia. Estando lejosañoraba particularmente pescar La Boca, un lugar que me cautivo desde el primermomento. Ataba algún streamer imaginando situaciones de pesca que algún díavendrían. Pescar La Bocadel río Chimehuín es lo máximo; la avasallante estampa del lugar, sus truchasmarrones, una historia para llenar varios fascículos y la posibilidad de ver muchosde los peces hace que sea incomparable. Creo que he leído casi todo lo relacionadocon ella, desde los relatos de Ernie Schwiebert y Joe Brooks hasta losreveladores escritos de Marcelo Morales y Chiche Aracena. Además me siento unsuertudo de haber visto pescando allí a varios grandes de la pesca con mosca. Pescamosentre el 19 y el 24 de Diciembre de un 2008 donde todo paso volando. Junto aJulieta, mi mujer, y nuestra amiga Lorraine nos alojamos en las cabañas delSpring Creek Lodge donde la vista constante de las mil caras del Lanín nosatrapo. La atención del personal y el lugar nos parecieron excelentes.
La primer mañana llegamos tempranísimo, al no haber nadiecon quien compartir el lugar pesque primero en la curva, mi lugar preferido. Enel primer tiro presentía que iba a tener pique y así fue, cuando mi mosca tocóel agua la moví apenas y se produjo el pique con borbollón. Para no quemar todala magia decidí irme al lago donde luego de varios tiros regulares hice unoláser que pago. El lago sigue siendo un enigma que no termino de descifrar,saco alguna que otra pero sin consistencia. Otras truchas menores en variossectores completaron la mañana donde además mi amiga sacó un par chicas quefueron suficientes para prendarla al lugar. Esa tarde el viento soplaba desdeel lago y el Lanín lucía un sombrero auspicioso. Primero tanteamos la costa surtanto aguas abajo como ligeramente aguas arriba del puente. Luego de aconsejary acompañar a mi amiga saco la mejor marrón de su vida, no hay palabras para describirla felicidad de ambos. Esa tarde presencie dos escenas que testifican acerca delos peces que patrullan el área; la primera fue en el run donde una marroncitade unos 30 centímetros venía saltando desesperada porque un enorme misilarco iris hembra la perseguía. Quede petrificado observando el terrible juegode la vida y la muerte que acontecía delante de mí. Era una de las arco iris plateadasmás grandes que he visto en la Patagonia, aun me siento un iluso por creer queese tipo de monstruos eran cosa el pasado. La otra secuencia ocurrió al vadearjusto debajo del puente desde el lado sur. Al espantar varias truchas chiquitasque descansaban detrás del sauce seguí una con la vista, cuando esta paso porun hueco muy cercano a la costa salio un saurio y la atrapo. Pude ver el blancode la boca mientras engullía el bocado. Por la tarde siguiente vino unatormenta de aquellas que quieren meter al lago Huechulafquen dentro del río.Llovía en forma horizontal y las olas del lago daban escalofríos. Me encontrécon varios pescadores, entre ellos José María Acevedo, un capo del lugar. Comopreviamente había sacado una muy linda en la curva marche solo aguas abajo delpuente. Pesqué hasta los últimos bushes, si bien no saque nada grande fue muygratificante sacarle peces a todos los lugares clásicos.
La mañana del día 23 sabíamos de memoria que había muchas truchas ydonde se encontraban luego de observarlas el día anterior con binoculares. Enla primera pasada por la curva salí en cero culpando al viento Puelche que nome permitía presentar la mosca correctamente. En el lago luego de sacar unamarroncita perdí un salmón que zapateó de lo lindo. La tercera salió en elpocito del run largo. Al llegar a la curva, como venía derecho lance a laposición de la mejor trucha, la línea y el leader se estiraron presentando latrout special de manera impecable. Un remolino marco la tomada, espere a sentirtodo el peso para asegurar la toma del anzuelo pegando un tirón con la manoizquierda. Fue una pelea a ver quién era más bravo donde ninguno regalo nada.Finalmente le di un beso a la mejor marrón que la Boca me ha prestado. Cabe destacar que una eclosión muy importantemovió peces chiquitos en búsqueda de insectos y tras los primeros a lasgrandotas carniceras. El Puelche seguía bastante molesto por lo cual pase de unFast II número 7 a un Fast III número 8, con esto las presentaciones mejoraron.Pinche una arco iris plateada bravísima y otra marrón cojonuda en el pool chato.A las 10 de la mañana nos fuimos a desayunar luego de admirar a los pecesnuevamente. Volvimos por la tarde y continuamos estudiándolos, había muchos. Comencé a pescar muy tranquilo mientrascharlaba con el señor Carranza, uno de los amables guardafaunas que custodianla zona. Enseguida salieron dos arco iris, una chica y otra flaca post desove(el lugar estaba repleto de alevinos de esta especie). Subí hasta el cajón yempecé a bajar, una buena pico en el run largo 5 metros aguas abajo de lapiedra del medio. Mi amiga me insistió para que probara en el pozo hondo ya quehabía visto una grande. No se si fue esa pero algo pesado de verdad se llevo lamosca a lo hondo. La perdí luego de un par de segundos porque el anzuelo estabapartido. Un mal back cast golpeando las piedras sumado a no controlar la moscafueron responsables de la pérdida. En la curva tuve una seguidilla adrenalinicade cuatro marrones importantes. La primera tomo al final del primer canal de lacurva y la segunda delante de la piedra grande de la zona del tronco. Porprimera vez me di el gusto de sacar una belleza que moraba en la piletita deMarcoveccio. Estaban muy vivas, tres de ellas saltaron varias veces fuera delagua antes de hacerse fuertes en lo hondo.
Evidentemente La Boca del Chimehuin es buena siempre, sibien la tormenta ayudo también pescamos en días soleados y sin viento. No todoslos días la primera hora fue clave, a veces los peces se activaron más tarde.La única ventaja de llegar temprano fue tener la posibilidad de elegir dondearrancar ya que por lo general no hubo otros pescadores. Por la tarde el piqueno siempre fue sinónimo de poca luz, la actividad vario día a día. Pasamos muchomas tiempo pescando con binoculares que con las plumas, esto además deentretenido aumento nuestra efectividad posterior. Nunca buscamos hundirdemasiado la mosca ya que las marrones grandes suben cuando están activas. Lalínea de flote no me permitió presentar tan bien como los Fast II y Fast IIIdebido a la velocidad del agua, por eso me incline por los últimos. Todos losdías hubo movimiento de peces pero las más grandes estuvieron allí todo eltiempo, si bien no pudimos ver ningún leviatán esto no implica que no estuviese. La pesca de la Boca supero todas lasexpectativas, tanto en cantidad como en calidad. La clave fue ponerle el alma acada tiro, pescando con la sensación de que de un momento a otro iba a picar unmonstruo. Esta vez no fue pero estoy convencido de que ya me tocara, se quecada vez estoy mas cerca. La Boca es un lugar que a la larga paga con escamasel amor y dedicación que uno le profese
Equipos y Técnicas:
En materia de pescar el lugar sólo soy un novato consuerte, describiré lo que utilicé a modo de referencia. Utilice mi vieja SAGE RPL+ línea 6 de 2 tramos, compañera de gratos momentos y capaz de ejecutar todo loque le pida. Probé la nueva TCX línea 6 que trajo mi amiga y me impresiono lolejos y fácil que tira. Utilicé reels Lamson Litespeed y Velocity, el primerome gusta pero con el último tuve inconvenientes en el pasado, tanto con elfreno como con su aleación. En materia líneas alterné entre un torpedo Fast II numero 7 y un Fast III numero8, ambos de Scientific Anglers, como corredera utilice Amnesia de 20 libras. Losleaders de 2 a2,5 metroslos armé con nylon Máxima transparente, variando el tippet entre Máxima de 10 libras en condicionesde viento y Fluorocarbon de 0,28 mm para condiciones mas calmas. Utilicé modelos demoscas clásicos por cuestiones personales, de efectivida así como de respeto yadmiración por su historia; Matona, Matuka, Tromba, Trout Special, BucktailChimehuín, Marabou Muddler, Big Hole Demon, Black Ghost, Grey Ghost y Emotion. Losbucktails y matukas los ate de hasta 15-18 cm de largo, no lastre ninguno de misstreamers. La elección de la mosca generalmente siguió un impulso o palpito masque la lógica, es un momento en que libere todo lo primitivo dentro mío.
Casi todos los tiros fueron de precisión y presentación auna distancia variable de entre 8 y 30 metros. No basto con llegar, el asunto fuecomo y donde. En un mapa del Chimehuín hay excelentes indicaciones al respecto,un muy buen punto de partida que me sirvió para orientar a mi amiga. En el lagome paré en unas plataformas de piedra ubicadas hacia dentro del lago conrespecto de la piedra de Eliseo (no estoy seguro si eran las plataformas deChiche Aracena). Desde allí realicé lances hacia enfrente y hacia adentro dellago. En el run pesqué de corto a largo, siempre en este orden. Para pescar lajunta del run con el pozo hondo fui saliendo del agua y tirando corto al mediode la correntada o bien largo al remanso de enfrente. El pozo hondo lo pesquédesde afuera del agua. Las de la piedra del tranvía salieron presentandocortito y sin darles tiempo a meditar. En la curva, el pool del picnic yMarcoveccio aproveche la ventaja de poder ver donde se ubicaban los peces desdela barranca de enfrente, luego pesque casi sin entrar al agua. Todos los piquesde truchas marrones fueron en superficie, bien al caer la mosca o unosinstantes después. Trate de no apurarme a clavar al ver el remolino, esperandoa sentir el peso del pez. Presenté la mosca suavemente aguas arriba de laposición de cada pez, ofreciéndola lo más de perfil posible. Siempre tuvecontrol del conjunto antes de que la mosca tocase el agua ya que el todo o nadase dio justo en los primeros momentos. El mover o no la mosca es algo personal,en este caso lo hice y me dio buenos resultados. Las arco iris tomaron un pocomas abajo en la columna de agua.
Un saludo cordial
-Publicado en el Magazine Digital Mosquero Número 28