Así es que, si bien los peces pasan toda su vida en él, les resulta imposible soportar de manera continua el permanente empuje de las corrientes. Deben salir de ellas para no terminar arrastrados.
Tal como nosotros nos desplazamos contrayendo nuestros músculos, también lo hacen los peces. Y como nosotros, también se cansan.
Los peces, entonces, no están exentos del cansancio, por lo que buscan situarse donde no haya corriente o ésta sea muy escasa, o de menor intensidad.
Otro aspecto axial en la vida animal es la relación entre la energía aportada por un alimento y la que se consume, incluyendo la empleada para la obtención de ese alimento.
Nadar contracorriente constantemente haría que resultase insuficiente dar con todo el alimento necesario para sostenerse vivo.
No es casual que los peces de los lagos, por lo general, son más pesados que los que tienen la misma edad y la misma alimentación, pero que viven en los ríos.
Por otro lado, para orientarse en la corriente, los peces, recurren a la visión, el tacto y, como vimos en algún artículo anterior, el mecanismo sensible de su línea lateral, con el que sienten los diferentes niveles de presión del agua contra sí.
De esta manera, por medio de este conjunto de sentidos, no les resulta complejo dar con los lugares de corriente suave y permanecer allí que es donde debemos buscarlos para pescarlos.
A estos lugares se los reconocen como posturas.
Reconocemos, básicamente, tres tipos de posturas de los peces en el agua, de acuerdo a lo que obtienen de cada una de ellas: refugio, ceba y preferencia (o sea, refugio y alimento simultáneamente). Todas ellas deben brindarle, además, protección frente a las corrientes.
Las posturas de refugio son nuestro primer objetivo de localización al llegar al río. Ojo, sabemos que allí no se están alimentando, pero sabemos que será el lugar donde tratarán de dirigirse cuando clavemos, de manera que aún antes del primer casteo tendremos un posible escenario estratégico de la eventual captura. La anticipación será una ventaja nuestra con la que el pez no cuenta.
Las posturas de ceba ofrecen al pez alimento, pero no protección contra los predadores. Por lo general se ubican en bajos niveles de agua: en los bordes de las corrientes, en la cola de los pozos, en las juntas de agua, al frente o detrás de una roca.
Allí van los peces a comer. Allí los clavaremos y tratarán de dirigirse de inmediato a una postura de refugio.
En las posturas de ceba los peces saben de su desprotección y se muestran asustadizos, por lo que debemos ser muy cuidadosos.
Para resultar tal, una postura de ceba debe dar protección contra las corrientes y debe proveer alimento. Atención: SI NO HAY ALIMENTO, NO HAY PECES.
En un río el alimento es transportado por las corrientes. Por eso en las concentraciones de las corrientes, también se concentrará el alimento, como por ejemplo, donde las corrientes chocan la orilla, donde fluyen al rodear una roca, un tronco, unos palos, al encontrar contracorrientes, etc. Observar objetos flotantes o la espuma y burbujas que el río arrastra nos servirá para determinar las trayectorias de la deriva del alimento y sus puntos de concentración.Los peces ocupan los espacios de ceba tanto en circunstancias oportunistas de alimentación, como en momentos selectivos. Es lógico que las posturas de ceba de mayor concentración de alimento son los de mayor preferencia. Por eso en su desplazamiento a las posturas de ceba serán cubiertos los mejores lugares primero y guardando relación con el tamaño: A mayor lugar de ceba, más grande el pez.
Otra vez: HAY ALIMENTO, HAY PECES. HAY MÁS ALIMENTO, HAY MEJORES PECES.
Las llamadas posturas de preferencia ofrecen al pez simultáneamente alimento y refugio.Debe encontrarse debajo de algo (para brindar protección) y donde se encuentre alimento ( brindando ceba).Son fundamentales para nuestro objetivo. Allí los peces se encuentran seguros y suelen buscar comida activamente. Son ocupados tanto en períodos de alimentación oportunista como selectiva.Sin embargo es frecuente que estas posturas sean abandonadas frente a una gran eclosión, por ejemplo, desplazándose hacia esa postura de ceba.Localizar las posturas preferentes nos permite saber dónde se están alimentando los peces y dónde se dirigirán al huir de nosotros.
Las fotografías que acompañas el artículo se denominas "Watching the river" del artista fotográfico Nikola Novovic y B&W de Marcel Siegle