Antes de ir a vivir a los Estados Unidos tenía la impresión de una pesca pobre y sólo en lugares altamente urbanizados, cuan equivocado estaba…Sus ríos explotan de vida, los bosques están cuidados y la fauna protegida. La mayoría de los lugares son públicos y tienen buen acceso, lo que a veces redunda en compartirlos con otros pescadores. Sin embargo, investigando un poco y usando las piernas se puede llegar a lugares muy solitarios.
En el estado de Idaho existen varios ríos fantásticos donde tuve la suerte de pescar: el North Fork del Clearwater, de agua increíblemente transparente con sus runs de salmones Kokanee; el St. Joe, de pools color esmeralda; el Selway y el Lochsa.
El río Selway serpentea a lo largo de las montañas Biteroot, un cordón secundario a las Rocallosas. Es una de las áreas más salvajes del país, comprendida entre los estados de Idaho y Montana. Muchas aves se ocultan en la obscuridad del bosque de altísimas coníferas y es común toparse con ciervos. Osos, pumas y hasta lobos pueden salir a nuestro encuentro. Nadie lleva su perro ya que los lobos no toleran otros cánidos dentro de su territorio; un lobo actúa como señuelo, atrayendo al intruso hacia la profundidad del bosque donde lo espera el resto de la jauría.
En el Selway los pools azules y lentos alternan con correderas moderadas, el verde rodea todo y son norma los vastos cielos celestes. Es un lugar ideal para intercalar pesca con fotografía y silencio contemplativo, pocos lugares transmiten tanta paz. Este río recibe su caudal exclusivamente del deshielo, por lo cual se pesca desde mediados del verano hasta fines de otoño, cuando el nivel de aguas es óptimo. Desde Idaho, un camino de ripio lo bordea, al final de mismo nace una senda, siendo la mejor parte ya que no todos están dispuestos a emprender una larga caminata. Por lo general, el pescador local disfruta del barbeque (asado) y la cerveza, usando el sector de río cercano a su camioneta.
Recorrer el bosque en sombras causa una sensación de alerta particular pero bien vale la pena, caminando el río uno se conecta y aprende infinidad de cosas.
Del otro lado de la montaña corre su contrapunto: el Lochsa, un río tumultuoso donde se pescan pockets y algunos pools. Las truchas aquí son muy fuertes, con equipos livianos más de una vez tuve la gracia de ver asomar el backing. Aquí se pesca el agua, por lo cual el conocer un poco de hidráulica y lectura de aguas es clave.
En honor a los exploradores Lewis y Clark el nombre científico de la west-slope cutthroat es Oncorhynchus clarki lewisi, esta variedad de trucha hoy se ve reducida a pocos ambientes, siendo su principal amenaza la hibridación con truchas arco iris. Los híbridos son fértiles y más agresivos, compiten por comida y espacio en el río. La traducción del nombre cutthroat significa “garganta cortada”, simple pero acertado debido a la marcada pigmentación naranja-colorado que presentan en la base de los opérculos. Conviven con truchas arco iris, mountain whitefish (Prosopium williamsoni) y bull trouts (Salvelinus confluentus). El Selway y el Lochsa además reciben un pequeño run de chinooks y otro de steelheads, estando prohibida la pesca de estas últimas para conservar la línea genética. Luego de hacer muchas macanas, a veces, el hombre aprende.
El whitefish es una especie exquisita para pescar a mosca, siendo esquivo y de boca muy pequeña, pescarlo requiere de paciencia y sutileza. Recuerdo una tarde de verano en el North Fork donde me tomó varias horas engañar y sacar tres de estas bellezas. Terminé empleando una mosca española en anzuelo 20 y tippet 6X.
Las bull trout de vez en cuando salen de lo hondo para atacar alguna trucha chiquita en la punta de nuestra línea, de la misma manera que lo hacen las marrones en la querida Patagonia. Esta prohibida su pesca intencional, en caso de capturar una debe ser devuelta inmediatamente sin sacarla del agua en ningún momento. Cuando están en fresa varias partes de su cuerpo se tornan color naranja, son fácilmente detectables, aún atornilladas al fondo.
La característica más destacable de las cutthroats es su predisposición a tomar moscas en superficie. Es fascinante observar cómo suben desde la profundidad de un pozo azul a tomar una mosquita ínfima con toda confianza, desconociendo el principio de costo-beneficio. A mi criterio la mejor pesca, amén de ser efectiva, es la de pez visto. Durante buena parte del día las cuts están alimentándose de los diferentes insectos que eclosionen en dicho momento. Las eclosiones en el hemisferio norte son masivas y duraderas, provocan que un alto porcentaje de los peces se enfoque en ellas. Las eclosiones de cada río para cada momento de la temporada podemos encontrarlas online, incluyendo descripciones de la imitaciones a utilizar y cómo emplearlas. Siempre miré esto de reojo porque tiende a generar pescadores robóticos y le quita charme al deporte. Ciertas respuestas deben quedar abiertas para que el pescador las encuentre por sí mismo. He visto compañeros de pesca fracasar porque llegaron al río con el plan X que habían leído en internet: las condiciones climáticas cambiaron, la eclosión de internetus segurolis esperada no se dio y quedaron como Tarzán. Es importante tener un excelente background teórico, pero no olvidemos jamás que estamos interactuando con un medio natural cambiante, observar y usar el instinto es muy importante.
Algo popular es el sistema llamado Hopper-dropper, consiste en una seca tipo Hopper o chernobyl con una ninfa con bead head tipo copper John. Siendo algo muy efectivo lo probé, aprendí a utilizarlo y lo descarté por numerosos motivos: lanzarlo no es estético; si quiero ninfear no puedo cambiar la profundidad rápido como con un pequeño indicador; si quiero pescar una seca grande no trabaja de la misma forma y por último no me da mayores chances de pescar.
Las más grandes siempre tomaron streamers pescados con línea de flote y leader largo, los bucktails desvestidos armaron lío en todos los ambientes. La Fuzzy Wuzzy que me presentara hace muchos años Mario Capovía debería ser declarada ilegal en el estado de Idaho. En zonas de catch and release y mucha presión, donde todo es matching the hatch y competir por quién usa la mosca más chica y el tippet más fino hizo unos desmadres terribles.
Algo curioso es que en estos ríos hay sectores exclusivos para pesca con mosca y otros liberados a todo tipo de pesca, inclusive carnada. Hay momentos y lugares donde se pueden guardar los peces - algo que por elección prefiero no hacer - y otros donde la devolución es obligatoria. Hay restricciones respecto de no utilizar rebaba pero puede emplearse el sistema de dropper. El único denominador común es que hay cuerpos de guardapescas que recorren cada ambiente permanentemente en vehículos apropiados. Los guardapescas controlan nuestra licencia de pesca, cajas de moscas (todas deberán carecer de rebaba: “se la iba a aplastar en el momento de usarla” es multa!), e inclusive el vehículo. Las multas son elevadas y duelen al bolsillo del infractor. Vivir en un país del primer mundo no implica ser educado, muchos arrojan latas de cerveza por la ventanilla del auto, colillas encendidas, disparan a los animales, matan peces fuera de reglamento. Uno puede llamar a la policía y denunciarlos, los perseguirán y penalizaran inmediatamente. Una vez denunciamos a dos personas que estaban empleando robadores para capturar steelheads que mataban y escondían en una conservadora enorme. Diez minutos después del llamado apareció la patrulla estatal y puso fin a la matanza.
Existen muy buenas poblaciones de peces en todos los ambientes, esto constituye un claro ejemplo claro de que la clave pasa por el control.
La experiencia de haber pescado estos lugares y especies fue enriquecedora en todo sentido. He prometido volver a visitar amigos y de paso rememorar buenas pescas caña en mano.
Un saludo cordial,
Nicolás Schwint
Artículo publicado en el Magazine Digital Mosquero número 45