Nuevamente gracias al esfuerzo de Noel Pollak y la familia de Poló Bardin podemos disfrutar del libro PIRAYÚ que nos sumerge desde la primera página en un mundo que todos hemos visitado pero conocemos solo superficialmente.
¨Según opinión terminante de los más avezados deportistas, de aquellos que han tenido la oportunidad dichosa de pescar en todas las aguas del mundo-dice Capitán Reel en El Deporte de la pesca en el Río de la Plata-, el dorado nuestro, el dorado criollo, es el pez que mas satisfacciones depara al aficionado¨. El autor de PIRAYÚ confirma plenamente tal afirmación, pues se apasionó por la pesca cuando cobró los primeros dorados en Piedra Mora, al norte de Hernandarias, en el Paraná Medio. Y convertido luego en sobresaliente pescador deportivo internacional, conserva su predilección por el indómito pez del litoral fluvial argentino. De ahí que lo haya idealizado como protagonista de esta amena y colorida colección de relatos ¨de islas, dorados y camalotes¨, que transcurren dentro de la vasta comarca de los ríos mesopotámicos. Poló Bardin pescó en muchas aguas, famosas para el deporte piscatorio_Iquique, Panamá, Acapulco, Traful, Miami, Bimini, etcétera-, formó varias veces como capitán en equipos que participaron en el torneo de atún de Nova Scotia, y fue después invitado oficialmente el equipo que interviene en el certamen internacional de Cat Cay. Fue delegado en la IGFA, miembro del Board of Directors del Torneo de Wedgeport y de Cat Cay. Fue presidente de la Federación Argentina de Entidades de Pesca Deportiva, que le concedió el premio de honor, y fundador de la Asociación Natura, consagrada a la defensa de las riquezas naturales argentinas. Tan notable deportista, empero, no se ha limitado a escribir un simple libro de pesca. Hilvanando recuerdos piscatorios, ¨y adobándolos con liberales dosis de cosas oídas y leídas¨, el autor de declara que ha ¨intentado seguir-con cierta fantasía cronológica-las andanzas de un dorado fantasmagórico: aquel noble, robusto y afortunado pez que siempre se me escapó¨. Páginas de grata lectura, bajo la confesada inspiración de Salar de Salmon de Williamson, que permitirán ahora al lector, como permitieron al vivirlas y escribirlas al autor, ¨huir del asfalto, del teléfono, del reloj y del aplastante panorama que configuran las grises paredes¨.