De todos ellos, quizás el de mayor historia y tradición sea el río Paraná.
Para muchos de nosotros es uno de los ríos de la infancia, de aquellos atardeceres cuando enormes dorados y surubíes atacaban interminables cardúmenes de sábalos.
Fotos vintage reflotadas del fondo de algún cajón en una tarde de lluvia traen recuerdos de pescas pasadas y amigos que hoy no están.
La última década no fue buena para el gran río. La falta de repuntes importantes de agua no renovó la vida en este sistema sometido a una intensa presión de pesca comercial extractiva.
Cada varios años el gran río sufre inundaciones. El efecto de las mismas hace que el agua avance sobre la costa, incorporando nutrientes que ponen en funcionamiento la cadena vital del ecosistema.
La última inundación ocurrió durante la primavera del 2009, justo desovan la época en que desova el dorado. La naturaleza, sabia, parecía saberlo ya que pescando el Alto Paraná durante las semanas previas las doradas grandes estaban acardumadas como pocas veces.
La explosión de vida abarca toda la cuenca, desde el alto Paraná hasta los arroyos del Delta inferior del Río de la Plata.
Uno de los pesqueros tradicionales es la ciudad de Esquina. En esta área los ríos Paraná y Corriente se fusionan formando un delta amplísimo. Un verdadero reservorio con lugares naturalmente vedados al hombre dada su inaccesibilidad.
Daniel Salinas conoce este delta a la perfección, es un GPS humano capaz de navegar por riachos imposibles aun en medio de la noche más cerrada. Entiende los hábitos de las distintas especies como pocos. Una capacidad de observación muy especial, sumado a la interpretación y memoria de lo sucedido hacen que todas las especies que pueden tomar nuestras plumas no tengan secretos para el.
Cuando me aviso que la pesca estaba muy picante llame amis amigos Luis M. San Miguel y Martín Tagliabue. Teníamos un par de días de pesca antes del cierre.
Con un calor incipiente navegamos casi una hora río arriba surcando riachos y lagunas. Frenamos en una playada donde bajamos de la lancha y nos alejamos vadeando en distintas direcciones. El agua estaba muy clara, podía ver como varios dorados seguían la mosca tiro a tiro. Estaban algo tímidos, tocaban las moscas pero uno de varios las tomaba. Martín dio la nota con una seguidilla de piques brutal. Vimos moverse dorados realmente buenos pero ninguno se digno.
Otro ratito de navegación y al segundo hot spot, lo mismo, muchos piques de dorados algo ariscos.
Al mediodía el calor rozaba lo insoportable, me saque las polainas para rayas, botas de vadeo y waders para darme un buen baño en un banco de arena, no había raya que me amedrente. A propósito de las mismas, las hay y muchas, usar botas de vadeo y polainas o botas para rayas es recomendable. No siempre uno camina arrastrando sus pies prudentemente, sobre todo en medio de un pique frenético.
Almorzamos a la sombra tomando unas cervezas heladas y descansamos un buen rato antes de la sesión de pesca de la tarde.
Primero pescamos unos canalcitos de unos de 15 metros de ancho. Dani descubrió que estaban comiendo mojarras. Cualquier mosca chica presentada relativamente bien era atacada en forma masiva. Me dio mucho resultado una Hi-Tie multicolor montada en un anzuelo 1/0.
Equipos y Técnicas:
Un equipo 6 por lo general es suficiente. Puedes lanzarse moscas grandes a una distancia de pesca razonable, además de tener mejor sensación al pelear dorados chicos. Se requiere de cierta experiencia en el lanzamiento y forma de pelear el pez. El viento limita muchísimo su uso.
El todo terreno es el equipo 8, útil para batallar un eventual trofeo, capaz de manejar bien moscas grandes y el viento.
No hay cañas malas, cada vez existe mayor oferta de equipos a bajo precio con una excelente performance. El reel es secundario en la mayor parte de las situaciones, hoy por hoy casi todos traen un sistema de freno suficiente para el Paraná.
En materia líneas cada maestro con su librito. Desde Diciembre a Marzo-Abril prefiero líneas diseñadas para pescar en situaciones de calor, mientras que el resto del año las convencionales de agua dulce o agua salada templada-fría. Con una de flote y una de hundimiento rápido se puede arrancar, pudiendo completar la paleta con una intermedia y otra de hundimiento 2 o 3. Las líneas integradas son muy cómodas por varios motivos: nunca tenemos el factor psicológico de la unión ante el enganche o pelea con un monstruo (aunque aclaro que el mejor dorado capturado por mi tío: 22,5 kg salio con un shooting y splice), de usar mono como corredera es muy fácil lastimarnos los dedos y la clavada debe ser siempre con la mano de la línea, algo no tan simple con el mono mojado que es muy resbaloso.
Un saludo cordial,
Nicolás Schwint
Artículo publicado en el Magazine Digital Mosquero Nro. 41