Como encontré un compañero de pesca
La historia que les voy a contar, es sobre como encontré un compañero para pescar de aquí en adelante. Esta historia empieza hace mas o menos unos tres años, estábamos pescando en la laguna de Chascomús en verano, con mis hijos y mis sobrinos, pescábamos bagres, pequeñas tarariras y dientudos, tratando de introducir a la nueva generación en esta actividad, y sobre todo en la pesca y devolución. Estábamos metidos en el agua hasta la cintura y empezó a refrescar, yo soy un poquito obsesivo y continuaba pescando sin prestar ya mucha atención a otra cosa. En eso escucho a mi derecha: “¡Tío, pesque uno!, era mi sobrino Iván de 10 años, metido en el agua como yo, sin que le importara el viento y el frio.
En ese momento me di cuenta que a ese chico le gustaba realmente pescar.
Yo justo me había iniciado en la pesca con mosca, hice el curso con Daniel Colnaghi y comencé a ir a pescar a Neuquén con Esteban Urban de Southernloops, la verdad es que tuve una suerte espectacular en los dos casos, di con gente que realmente quería que yo aprendiera a pescar y a amar la modalidad. A partir de ese momento, me empezó a picar la idea de conseguir compañeros de pesca. Busque entre los amigos, parientes, en fin, todos y no encontraba a nadie que compartiera realmente la misma “locura”.
Un día, me acordé
de que a Iván realmente le gustaba pescar y le regalé uno de esos equipos pequeños para iniciarse, le empecé a enseñar el casteo, con todas las imperfecciones que tengo, y realmente aprendía rápido. Ese verano, en 2019, fuimos a Villa Pehuenia en familia y estuvo pescando algunas truchas pequeñas en el Rio Litrán y luego en San Martin de los Andes en el Rio Quilquihue, no se por qué, pero aun no me atrevía (lo veía muy pequeño aún) a llevarlo a una flotada.
Este año, horrible por la Pandemia, se dio la oportunidad de viajar a ver el eclipse, y ya que estamos, pescar en Neuquén. Acordamos fecha con Esteban Urban y lo lleve por primera vez a dos días de flotadas a mi sobrino Iván, una por el Rio Aluminé y la otra por el Collón Cura.
La primera flotada, toco en un día más difícil, ventoso, con steamers y línea de hundimiento. Esteban Urban, con una paciencia infinita, nos fue guiando, arreglando las galletas, nudos de viento, moscas enganchadas y llevando a los mejores lugares posibles, tuve mas suerte y varios piques se transformaron en truchas arco iris para sacar la foto acostumbrada antes de devolverlas sanas y salvas al rio. Ese día Iván solo tuvo algunos piques importantes, pero la dificultad del día impidió que pudiera sacarlas del agua. Pobre, tenía una carita de desilusión y cansancio que partía el alma. De todas maneras, le pregunte, volvemos pasado mañana después del eclipse, y se le iluminaron los ojos y dijo: ¡SIII!
Rezando para que las condiciones fueran mejores la próxima vez, volvimos a los dos días. Era un día menos ventoso, soleado, las aguas estaban un poco mas claras, y Esteban Urban dijo: “Hoy vamos con secas”, estuvimos probando, caddis, PMX , una Fat Albert en #10, mas bien pequeñas.
Esteban, se focalizó todo el tiempo en apuntalarlo, y le prestó atención todo el tiempo, con la paciencia de un maestro, corrigiéndolo cuando hacía falta y animándolo todo el tiempo. (Gracias Esteban Urban)
Y esta vez, Iván empezó a brillar, empezaron a picar las truchas, que estaban bastante esquivas, sobre todo en la primera hora y media, empezó con una marrón bastante importante y después no paró, sacando una marrón de casi 20”, y así siguió durante el resto del día. A mi no me fue tan bien para tuve unos piques espectaculares y una trucha arco iris muy linda, él, pescó más de siete.
Lo mas lindo de todo, fue la cara de Iván al final de la jornada. Ahora estoy convencido de que encontré un compañero para las nuevas aventuras de pesca que vendrán. Gracias Esteban Urban por ayudarme a descubrirlo