Desde: 04/12/2015
Hasta: 07/12/2015
Tipo de Agua: Agua dulce
Especies: Dorado, Tararira Azul
Arapey
Al cruzar la frontera que limita con Uruguay, uno tiene la sensación de que entra en otro mundo. Esos pequeños pueblos detenidos en el tiempo, los autos antiguos, el paisaje quebrado con esas hermosas cuchillas, todo nos genera una placidez bucólica.
El campo uruguayo, especialmente aquellas áreas con cuchillas, es bastante deshabitado, con no muchos signos de la presencia del hombre. Todos los ríos y arroyos uruguayos poseen un encanto muy especial. Muchos de ellos son de agua bastante clara, y discurren mayormente sobre un lecho de piedras y arena, y poseen un denso y hermoso bosque en galería, impenetrable por lo denso. Las especies de árboles son muchas: matahojos, guayabo, coronillo, tala, ceibo, arrayan, espi Ver más... Arapey
Al cruzar la frontera que limita con Uruguay, uno tiene la sensación de que entra en otro mundo. Esos pequeños pueblos detenidos en el tiempo, los autos antiguos, el paisaje quebrado con esas hermosas cuchillas, todo nos genera una placidez bucólica.
El campo uruguayo, especialmente aquellas áreas con cuchillas, es bastante deshabitado, con no muchos signos de la presencia del hombre. Todos los ríos y arroyos uruguayos poseen un encanto muy especial. Muchos de ellos son de agua bastante clara, y discurren mayormente sobre un lecho de piedras y arena, y poseen un denso y hermoso bosque en galería, impenetrable por lo denso. Las especies de árboles son muchas: matahojos, guayabo, coronillo, tala, ceibo, arrayan, espinillo, curupi, sarandi, etc, etc, y son refugio para infinidad de animales y aves, entre ellas las bulliciosas pavas de monte.
Esta vez me acompañó Luisito "Cabezón" San Miguel, amigo entrañable de muchos años, mosquero pulido y amante de la naturaleza y la fotografía. La idea era explorar la parte alta del Arapey Grande, y también el Arapey Chico. El Grande suele dar buenos dorados, pero para mi gusto la actriz principal en estas aguas es la tararira tornasol (Hoplias lacerdae), o azul como se la suele llamar. La azul es un pez más estilizado y esbelto que nuestra conocida malabaricus, de boca más pequeña, color más oscuro, y presenta conspicuos reflejos iridiscentes azul-verdosos. Todas las tarariras tienen algo enigmático en su conducta y actitud, pero esta es bastante más impredecible que la malabaricus. No suele ser tan gregaria y agresiva como su prima, pero una vez que la tenemos pinchada, presenta corridas largas y muy potentes. Una de estas bestias de 7 u 8 kilos pueden darnos una batalla para el recuerdo.
Nobleza obliga, tengo que confesar que la tararira es el único pez que me resulta más divertido pescarlo con spinning que con mosca.Pero Luisito quería darle prioridad a la mosca, así que hicimos parte y parte. Contratamos un guía que nos llevó río arriba del Arapey Grande, y luego de varias horas de navegación, hicimos un campamento, no sin antes sortear un par de cascadas. El río estaba ideal. La altura justa, quizás le faltaba un poco de claridad para la mosca. Hacer campamento no era un tema menor, pues nos iba a permitir pescar las mejores horas.
El vadeo en los lechos de estos ríos es más áspero que en los cordilleranos. Da la sensación que las piedras son más anguladas y patinosas que las de la Patagonia. Por suerte el lugar no nos defraudó, y pudimos pinchar unas cuantas tarariras y algunos dorados también. El pique de la tornasol es más suave, menos violento que el de la malabaricus, inclusive son más desconfiadas que estas últimas. Una diferencia sustancial en los hábitos de la tornasol es que le gusta acechar en las correntadas suaves. Otro spot clave para ubicar nuestra mosca son los sarandíes. Suelen acechar a sus presas en los bordes de estos arbustos acuáticos, y si observamos con cuidado, muchas veces se puede percibir el movimiento de las ramas que delata su presencia.
También nos dimos el gusto con los dorados. Amarramos el bote a unos sarandíes, frente a una larga y veloz corredera,con el largo justo para no tener nada que nos moleste durante el casteo . Pinchamos varios lindos, que salían como locos disparados río abajo. En todos los casos usamos líneas de flote y equipo # 8.
La pesca en el Arapey Chico también estuvo entretenida, con tarariras mas chicas, pero con un paisaje inigualable. Algo casi indispensable para recorrer estos arroyos es una embarcación pequeña ( en nuestro caso un gomon de 2,8 mts) para recorrerlos, ya que la densidad de la vegetación no nos dá otra opción.
Próxima aventura: flotar el Queguay con Nacho Silva !!!