Desde: 30/10/2015
Hasta: 30/10/2015
Tipo de Agua: Agua dulce
Especies: Trucha arcoiris
A lo largo de este mes, la zona de La Cumbrecita se vio inmersa en una nube inamovible que sólo fastidió con su garúa incesante. Un frío atípico la acompañaba como reacio de advertir la estación venidera e importunando una grata apertura.
Los ríos apenas seguían su curso, el verdín alfombraba el lecho arenoso y las truchas ya casi habían aprendido a dar vueltas las piedras para encontrar su aletargado alimento. Por suerte una gran tormenta se anunció para este fin de semana y junto a ella vendría el renacer del recurso.
Un día antes a su llegada, pequeñas ventanas en el manto nuboso, dejaron asomar al sol durante buenos ratos. Nosotros que veníamos conteniendo la abstinencia, sin mediar, armamos unos sándwich, tomamos unas frutas y también un par de barritas Ver más...A lo largo de este mes, la zona de La Cumbrecita se vio inmersa en una nube inamovible que sólo fastidió con su garúa incesante. Un frío atípico la acompañaba como reacio de advertir la estación venidera e importunando una grata apertura.
Los ríos apenas seguían su curso, el verdín alfombraba el lecho arenoso y las truchas ya casi habían aprendido a dar vueltas las piedras para encontrar su aletargado alimento. Por suerte una gran tormenta se anunció para este fin de semana y junto a ella vendría el renacer del recurso.
Un día antes a su llegada, pequeñas ventanas en el manto nuboso, dejaron asomar al sol durante buenos ratos. Nosotros que veníamos conteniendo la abstinencia, sin mediar, armamos unos sándwich, tomamos unas frutas y también un par de barritas de cereal para energizar la vuelta. Dejamos el auto en "la pampita" y nos apresuramos cuesta abajo hacia el Río del Medio.
El rio venía muy bajo, el agua estaba fría y cristalina, no había actividad, no se veían eclosiones pero al menos las truchas estaban, costaba hallarlas pero uno de los factores que delataban su presencia eran los claros que dejan expuestos en el fondo luego de revolver el tapiz de algas donde proliferan los insectos.
Con todos estos indicios planificamos nuestra estrategia, el tippet sería más largo y más fino que el habitual (12´ y 4X), usaríamos ninfas de May flies bien pequeñas y sin peso que perturben lo menos posible al caer al agua y la aproximación sería progresiva, casteando primero la cola de los pozos y run, luego los laterales y por último las cabeceras. En los primeros tramos no tuvimos éxito con una swimming nymph oliva del 16 , probamos con otra mosca, una infalible Pheasant Tail pero nada; un tanto abrumados decidimos dejar la esbeltez de lado y pusimos una Prince pero tampoco dio resultado, tres de las moscas más usadas en Córdoba habían sido ignoradas. Ya extrañados nos replanteamos en que estaríamos fallando aun cuando las presentaciones eran prolijas y muy precisas a distancia. Por esas cosas de instinto de pescador optamos por romper los paradigmas y nos fuimos a una Hare Ear negra con bead head del 12. Totalmente opaca, oscura y que hacía plop al caer fue lo que logró despertar la atención. La respuesta fue inmediata y apabullante, algo salió como un rayo de su sombrío refugio dejando a Pedro con una bala menos en el cargador y sin lograr entender muy bien que era lo que había pasado. Poco después que obtuvimos varios ejemplares bien fornidos y muy decentes para esta zona, corrí con la misma suerte que mi compañero cuando una hembra tomó mi mosca, se hundió y saltó por detrás de la piedra donde había tomado sólo para dejar en evidencia sus años de experiencia y desproporcionado tamaño. Pedro vio mi cara de amargura e impotencia, no por perder el posible ejemplar de mi vida, sino por no saber a dónde pudo habérsele pinchado esa mosca.
Negados a que nos vuelva a ocurrir lo mismo, decidimos subir a un 3X, aún con el riesgo de que un punto más en el grosor del tippet nos delate pero para estos casos el Máxima Chameleon demostró ser un fiel aliado una vez más. Desde lo alto de unas piedras y utilizando a las mismas para ocultarme, con el teleobjetivo de la cámara fui siguiendo el recorrido de un imponente macho que acompañaba muy de cerca a su hembra a lo largo de un bajo; Pedro toma posición y le canto la ubicación de éstas para que haga el lance cuando sea más conveniente. Las truchas volvían de su recorrida cuando Peter les interpuso la mosca a un metro, el macho no hizo gala de caballerosidad y se apresuró sobre el supuesto bocado sin advertir que este pendía de un hilo, obteniendo a cambio una trabada disputa entre piedras y saltos con su pescador que acabó luego de una foto y su pronta liberación.
Hemos tenido un asombroso comienzo y estimo que el resto de la temporada seguirá igual de buena la pesca. Es muy evidente cuando un rio pasa mucho tiempo sin presión, la temporada pasada debido a las lluvias constantes, muchos pescadores se vieron obligados a suspender sus salidas y eso se nota en la conducta de las truchas. Espero que si este año no es tan lluvioso como el anterior, al menos la presión la regulemos nosotros tratando con el mayor cuidado posible al río y los peces.
Saludos y una próspera temporada para todos.