El Dorado
Como las míticas minas del Rey Salomón, he aquí otra leyenda: la del Dorado… que a imitación de la mitológica ciudad áurica, es un tesoro para los amantes de la pesca. En estas páginas les contamos nuestra expedición en busca del oro en las yungas salteñas.
El Dorado era una ciudad legendaria que hechizó a muchos aventureros españoles en los primeros tiempos de la conquista. Según la leyenda, estaba hecha toda de oro y se ubicaba en una zona donde abundaban las minas de donde se extraía ese metal precioso.
El mito se originó en territorios de la actual Colombia, cuando los primeros conquistadores escucharon de una ceremonia realizada por un pueblo aborigen en la que su rey se cubría el cuerpo con oro en polvo y realizaba ofrendas en una laguna sagrada. Sum Ver más...El Dorado
Como las míticas minas del Rey Salomón, he aquí otra leyenda: la del Dorado… que a imitación de la mitológica ciudad áurica, es un tesoro para los amantes de la pesca. En estas páginas les contamos nuestra expedición en busca del oro en las yungas salteñas.
El Dorado era una ciudad legendaria que hechizó a muchos aventureros españoles en los primeros tiempos de la conquista. Según la leyenda, estaba hecha toda de oro y se ubicaba en una zona donde abundaban las minas de donde se extraía ese metal precioso.
El mito se originó en territorios de la actual Colombia, cuando los primeros conquistadores escucharon de una ceremonia realizada por un pueblo aborigen en la que su rey se cubría el cuerpo con oro en polvo y realizaba ofrendas en una laguna sagrada. Sumada a la noticia de las riquezas del Perú recientemente conquistado, la promesa de esta alucinante ciudad atrajo a afiebrados expedicionarios que soñaban encontrarla, y con ella hacerse inmensamente ricos.
La supuesta existencia de un reino dorado se mantuvo vigente hasta el siglo XIX, aunque su supuesta localización se fue corriendo selva adentro a medida que avanzaba el proceso de conquista y colonización del territorio sudamericano.
Al igual que esos codiciosos conquistadores, cientos de mosqueros sueñan con llegar al Dorado, aunque esta vez no se trata de la ciudad mítica sino de un río lleno de tesoros nadando.
EXPEDICIONARIOS
La sola invitación de PACHAMAMA FLY FISHING, despertó en nosotros la misma fiebre de los conquistadores, deseosos del oro de sus aguas, y nos dispusimos a seguir las indicaciones de Luciano, fundador y titular de la operacion.
La advertencia fue clara: “mirá que no es moco de pavo… es una experiencia de pesca extrema”. Retirado en lo profundo de las yungas salteñas y al margen de las civilización, se trata de un mítico paraíso terrenal donde la naturaleza deslumbra pero exige mucho para entregar sus combativos dorados de aguas transparentes.
Se puede ir en colectivo o avión, y los muchachos de PACHAMAMA FLY FISHING se encargan del traslado desde los aeropuertos o las terminales de Salta o Jujuy. Y aquellos que prefieran ir en su propio auto, dejan el vehículo en la casa que poseen en Las Lajitas (Salta), para realizar el último tramo en sus camionetas 4x4 por un áspero y duro camino de paisajes cada vez más selváticos, cruzando ríos y arroyos hasta llegar al campamento de El Dorado.
El viaje se debe preparar siguiendo las expresas indicaciones de los operadores que aconsejan la vestimenta adecuada para el clima y la geografía, zapatos de vadeo… y, obviamente, el repelente de insectos. Algo importante: mochila chica o un buen chaleco para cargar agua, algunos bocados y los enseres de pesca.
Respecto de los equipos, aconsejan entre #6 y #8, aunque coincidimos que lo mejor es #7 u #8 para no extenuar a los dorados y lograr reducir el tiempo de la lucha para devolverlos al agua con las mayores posibilidades de recuperación. Las líneas que se usan son de flote con leaders de 2,5 metros de tippet 0,40mm de fluorcarbono para evitar cortes por el roce con las piedras. En cuanto a las moscas, se utilizan streamers de alrededor de los 15cm atados en anzuelos #3/0 y poppers que imiten ratones (esto es lo más divertido).
Para los amantes del bait casting o spinning, sólo están permitidos artificiales con un anzuelo simple.
VERDE
La excursión se trata de una experiencia selvática, abrumadoramente verde y llena de vida… una vocación permanente para los amantes de la Madre Natura. Es, sencillamente, un universo vegetal.
Las yungas son eco-regiones selváticas a lo largo de las faldas orientales de los Andes, desde el norte del Perú y que atraviesa Bolivia hasta llegar al norte de Argentina. Es básicamente bosque de montaña, nuboso, lluvioso y tropical en alturas que van desde los 400 metros sobre el nivel del mar hasta los 3800.
Es un bioma fundamental para el equilibrio ecológico de gran parte de Sudamérica porque son selvas que retienen enormes cantidades de agua que luego abastecen las cuencas Amazónica y del Plata (y, de hecho allí tienen sus nacientes). También son reservorio de muchas especies vegetales y animales sumamente valiosas.
La vida animal es tan exuberante como la flora. Allí hemos visto charatas, chuñas, urracas y tucanes. Y en las arenas del río huellas de corzuelas, pecaríes, coatíes y las enormes pisadas del bestial anta (más conocido como tapir).
Todo es vida salvaje, pródiga y vigorosa… mejor deberíamos hablar de una experiencia erótica para los amantes de la aventura.
AGUA Y ORO
El Dorado es un río de curso meandroso que corre por un valle de sierras selváticas, como un sinuoso callejón que se abre paso por la impenetrable jungla. Sus aguas son muy claras y dejan ver con absoluta nitidez las bogas, los enormes sábalos y los rubios patoteros del río… ¡ya querría ver usted el despelote que se arma cuando un “amarillo” se le antoja un bocado!
Alguien dijo “Es como pescar dorados en un río de las sierras de Córdoba” y es una muy buena analogía. Pura piedra y arena que albergan los tesoros que buscamos, como aquellos conquistadores afiebrados por el oro.
Se pesca “a pez visto” pero con mucho cuidado de no ser detectados: basta que los sábalos se desbanden por nuestra presencia para que los dorados se pongan recelosos e imposibles de pescar. Los pozones grandes guardan los mejores trofeos que pueden llegar a los 12 kilos, pero no son fáciles de tentar. Los más menudos están en los pozos chicos y en las champas más profundas donde se los puede tentar con moscas de superficie que imitan ratones… lo que es un lujo difícil de igualar.
Los guías desarrollaron técnicas específicas para resolver los problemas que plantea el ambiente y los peces: lanzan aguas arriba (porque, como es obvio, los peces se mantienen de cara a la corriente), de manera tal que la mosca caiga delante y el leader arriba del dorado, y que la línea quede detrás para que no sea vista. Otro tópico que insiste Santiago (guia y titular de pachamama) es comenzar lanzando lejos de la costa para no ser vistos, y luego ir acercándose paulatinamente a la orilla para ir barriendo prolijamente el sector de pesca desde abajo hacia arriba.
CAMPAMENTO BASE
Como se dijo, se trata de una verdadera expedición casi al margen de la civilización, sin señal de celular ni internet que nos recuerden las obligaciones laborales. Es, sencillamente, un Edén.
Con todas las necesidades cubiertas y, siendo sincero, demasiadas comodidades considerando el esfuerzo logístico que implica una ubicación tan aislada, hay todo para descansar y gozar de la paz selvática entre jornada y jornada de pesca. El campamento base es un lugar ideal para los amantes de la rusticidad, pero con todo preparado para el disfrute de la pesca, el descanso y la excelente cocina casera de Seba.
Si me permite un consejo, llévese unos puros cubanos para disfrutarlos sentado frente al fogón, con un Juancito Caminante o uno de los gin tonic que prepara Sebastián.
EXPERIENCIA TOTAL
El paisaje y el marco natural son pornográficos para los amantes de la vida al aire libre… sencillamente es exuberante, desbordante, inenarrable. Un embalaje perfecto para esta joya de pesca.
El río es hermoso y no desentona para nada con el paisaje. Es particularísimo, sublime, y ofrece un desafío único para los amantes de la pesca del dorado con mosca. Y lo más asombroso es que la población de peces, considerando la cantidad y tamaño, no guardan relación con sus dimensiones. No dejo de preguntarme cómo es posible que un río tan exiguo pueda sostener tanta vida acuática.
Respecto de la pesca en sí, es sencillamente espectacular. Los dorados están, se los ve, no hay verso… y no son fáciles de pescar. Es un verdadero reto que todos desean enfrentar. Y en cuanto a tamaño, créame que vi verdaderos monstruos: en el pozón llamado “la muela” había un cardumen de más de 15 bestias que superaban ampliamente los 5 o 7 kilos.
Y la atención de los muchachos es espectacular… es gente humilde, sencilla, servicial y dedicada. Un verdadero gusto pescar con gente así.
Por Gabriel Luis Paccioretti
Para Revista El Pato www.revistaelpato.com