Tengo 36, pesco desde que tengo uso de razon. En mis primeros pasos en que mi reel era una lata de durazno Inca hasta que la primera caña de mosca ya paso a formar parte de mi vida en cada viaje.
Naci y me crie en Patagonia, mas precisamente en Esquel, pescar en estas zonas es cosa de todos los dias si es que uno logra hacerse el tiempo para hacerlo. Abundan las Arco Iris, las Marrones, Pejerrey, Percas, Fontinalis...y todas las especies que ya saben que hay por esta zona, incluso en algunos lugares aun quedan peces autoctonos. Todos los colores abundan en estas aguas: plateados, marrones, tonalidades de oliva, pintas naranjas negras y marrones, franjas blancas, aletas rojas, ....casi todos los colores que se imaginen salvo uno: Oro.
El primer deseo debe haber sido alrededor de los Ver más...Tengo 36, pesco desde que tengo uso de razon. En mis primeros pasos en que mi reel era una lata de durazno Inca hasta que la primera caña de mosca ya paso a formar parte de mi vida en cada viaje.
Naci y me crie en Patagonia, mas precisamente en Esquel, pescar en estas zonas es cosa de todos los dias si es que uno logra hacerse el tiempo para hacerlo. Abundan las Arco Iris, las Marrones, Pejerrey, Percas, Fontinalis...y todas las especies que ya saben que hay por esta zona, incluso en algunos lugares aun quedan peces autoctonos. Todos los colores abundan en estas aguas: plateados, marrones, tonalidades de oliva, pintas naranjas negras y marrones, franjas blancas, aletas rojas, ....casi todos los colores que se imaginen salvo uno: Oro.
El primer deseo debe haber sido alrededor de los 13 o 14 años, cuando escuche por primera vez una conversacion sobre la pelea de un pez que habia dado una batalla formidable: la descripcion de aquella batalla me remontaba a aquellas clases de historia de mi profesora Norma Calloni sobre del laberinto de Creta y el Minotauro, al Quimera, al Can Cerberos (un monstruo de tres cabezas, con cuerpo de perro y,con una serpiente en lugar de cola) al Aguila Grifos, a Aquiles, y a una infinidad de personajes mitologicos mezclados todos en uno solo... pero en realidad no se referia a ninguno de estos; la conversacion se trataba de la pelea que da el dorado cuando uno logra engañarlo y atraparlo con una mosca.
A partir de ahi el Dorado fue un pez que siempre estubo en mi cabeza, pero para aquellos años ir en busca de mi primer Dorado, es comparable a intentar hoy ir con Camille Egdorf a pescar a Kamchatka.
Hace por lo menos unos cuatro años que recibo mi primera invitacion concreta para ir en busca de ese primer Dorado; de la mano de Martin y Valeria, una dupla matrimonial que ya se ha dado el gusto de pescar en varios lugares del mundo, pero que hasta el dia de hoy dicen que el Dorado, no lo cambian por nada. Los “Tinchos” como suelen apodarlos por Mendoza habian arrancado ya hace como unos ocho o diez años a dar sus primeros pasos en la busqueda del Dorado, y habian aceptado la recomendación de parte de Pablo Perez que arranquen por el Rio Dulce, en Santiago del Estero, mas precisamente en la ciudad de Loreto (una de las ciudades mas antiguas de la Argentina) y el dato clave: el guia tenia que ser “El Pompi”.
Pero recien hace pocos meses pudimos coincidir en fechas y finalmente tome la decicion; sin moscas, sin equipo, sin nada preparado aun, pero ya con el pasaje en la mano.
Una vez tomada la decicion tuve que arrancar a atar en pocos dias el alimento balanceado que iba a ser necesario llevar, lejos del tamaño de las ninfas que me tienen acostumbradas las tardes en la Patagonia.
El dia a dia de la espera fue una eternidad. Los soñe por el resto de esos dias de espera. Los primeros cuatro dias me tomaban la mosca y cortaban. En las conversaciones que teniamos a distancia para los preparativos (ellos en Mendoza yo en Esquel) Martin me dice el calibre de alambre de acero que necesitaba ponerle luego del leader. Para esto hace 4 noches que los dorados me vivian cortando y ya me quedaban pocas moscas. Esa noche vuelvo a soñar pero ya con el cable de acero..clavo el primero pero levanto la caña, tipico error de los que venimos de la pesca de truchas, y la caña se me quiebra, me voy para atrás en la balsa y me caigo...me despierto con la muñeca estrellada contra el respaldo de la cama y los posteriores dias con la misma inflamada. Asi siguieron los dias de practica mientras los soñaba, de clavar al instante y de no levantar la caña. Para quienes lean les parecera gracioso, pero esto me ayudo muchisimo, y el cerebro de alguna manera lo ha incorporado como informacion ya que el primer dia de pesca, las cosas salieron muy bien.
Ruta hasta Bariloche, avion hasta Cordoba, nos encontramos con los Tinchos y de ahi manejando poco mas de 300 km
desde Cordoba a Loreto, en el camino unos sanguches de salame de Colonia Caroya imperdibles y entre mates, charla y sanguche pensaba que locura este deporte todo lo que uno hace por dos dias de pesca, y nadie me aseguraba aun que saque mi primer dorado.
Llegando a Loreto, todo se detiene, la frecuencia Santiagueña se adueña de tu cuerpo y mente, las tortugas y los chanchos que se cruzan por la ruta hacen que todo pase a otro ritmo y la desconeccion con las obligaciones y los problemas que uno cree tener se hace inmediata, algo que creo que todos buscamos en este hermoso deporte, un buen cable a tierra, que tranforma a la pesca a veces casi en una excusa. Loreto es sencillo, es humilde, es gente hermosa con un profundo sentimiento religioso, es pequeño pero no le falta nada para convertirlo en un lugar hermoso.
Al llegar al hotel, nos encontramos con “El Pompi” que volvia de dejar pescadores mendocinos y al dia siguiente nos tocaba a nosotros. Los relatos de como estaba la pesca me llenaba de ganas de ir al rio en ese mismo instante. Entre acomodarnos, cena y charla, ya se habia pasado el dia y cerca de la madrugada nos encontrabamos con los detalles finales de dejar listas todas las moscas con cable de acero para el dia siguiente. Dormir costo, pero en un pestañear ya era de dia de nuevo y arrancabamos para el Dulce.
Primero de estos dos dias nos dividiriamos en dos balsas, los Tinchos los llevaria Maxi “Yondy” Prado, el hijo de Pompi que guia desde por lo menos los 14 años, y a mi me tocaba ir con Pompi. Mientras se preparaban las balsas me acerco al Dulce, y el agua parecia hervir...Armamos los equipos, encinte los dedos con venda para caballo (me los recomendaron como mejor que guantes de calidad intermedia) y cuando me quise acordar ya estabamos en el agua. Empece a castear desde el minuto cero, cosa que no recomiendo a nadie, ya que por mi inexperiencia gaste muchas energias en las primeras horas del dia, en vez de guardar para los horarios de mejor pesca.
Con Pompi pegamos onda de entrada, el los conoce a los Tinchos desde hace años, y yo es como que lo conocia a el a travez de las historias que contaban Martin y Valeria. Considero esto importantisimo para pasar un buen dia de pesca, el buen trato y la quimica que tenemos con quien nos Guie es escencial para pasar una buena jornada. Pompi a los pocos metros de haber arrancado y al cabo de la primera hora, ya me habia marcado los errores tipicos a corregir, y saber perfectamente como ubicarme la balsa en cuanto a posicion y distancia, entendiendo que era mi primera vez, y ademas de la paciencia de sacarme las moscas que enganchaba. Un guia totalmente recomendable.
Luego de corregir algunas desproligidades se vino la primera oportunidad. Siempre me lo contaban, que el dorado no perdona segundos de distraccion, que si uno se equivoca se va, que hay que clavar con fuerza y no dar tregua que la linea se escapa de entre los dedos y no podemos hacer nada que en igual peso y tamaño que la trucha las velocidades y las fuerzas se cuadruplican con facilidad y realmente hay que vivirlo para poder entenderlo y ahi estaba...despues de años de tenerlo en la cabeza, despues de viajar mas de 2000 kilometros el primer doradito de poco menos de dos kilos ya estaba afuera del agua. Foto, devolucion como corresponde y un buen choque de manos con Pompi, agradeciendo por esta linda oportunidad. Con el pasar del las horas el rio nos seguia dando buenas oportunidades.
Luego del almuerzo cambiamos de balsas y me tocaba con Yondy, el hijo. Un guia mas joven, un guia 2.0 donde entre dorado y dorado, habia videos de whats up, cuentos, folclore santiagueño, y hasta su vision de las elecciones entre Hillary y Donal Trump. Con Yondy vino la oportunidad de un dorado de unos cinco kilos, grande para el Dulce según los promedios que suelen salir y la felicidad ya era completa a esta altura. Terminamos un dia agotador con un atardecer Santiagueño que hacia que la jornada se transformara en perfecta. Termino el dia con unos 6 dorados en el haber, los que tocaron la mosca fueron clavados y sacados, algo atipico de los que venimos de la pesca de la trucha, pero en lo que seguramente aquellos dias previos, soñarlo habia ayudado bastante, el cerebro habia incorporado aquella informacion.
Si algo faltaba para terminar el dia, era noche de cena en “Lo de Juan” una esquina adornada con fotos de famosos de cuando Juan vivio en Bs As. Plato de pastas para reponer energias una salsa de aquellas que me remontaba a la infancia que solo las madres o abuelas que eran iluminadas por Dios para hacerlas. Panza llena, corazon contento, mañana seria otro dia.
Reloj 7:00 AM, baño, desyuno, y ya estabamos en el rio de nuevo. Esta vez me toco salir con Gury “el Pollo” Rodriguez, un pequeño de casi dos metros de altura, al cual la balsa le quedaba como un belly boat. Pollo tenia fama de no hablar en todo el dia, por lo que de entrada pense que el mejor dia de aquellos dos ya habia pasado. Entre algunas palabras va y otras vienen, empece a sospechar de que todo lo que me habian dicho era mentira, o que entre Pompi y Yondy que no paran de hablar en realidad no dejaban lugar a que el Pollo meta bocado, pero por el contrario el dia con el Pollo, habia arrancado de diez y muy charlado.
Termino de corregirme algunas cosas que seguia haciendo mal, vinieron mas dorados, y la pesca de ese dia fue increible. Ya habia sacado mis primeros dorados el dia anterior por lo que el segundo dia ya estaba mas relajado y decidido a gastar menos energia o por lo menos administrarla mejor. Pompi y Pollo, son amigos desde muy chicos, la pesca de este segundo dia fue invadida por anecdotas de todos esos años de amistad, y un dia por demas placentero. Un detalle importante es que al perder mi ultima mosca blanca, el Pollo me dijo que quizas tendria alguna, saco su pequeña mochila y de adentro salio a la luz unas bolsas tipo ziploc llenas de plumas, saco algunas blancas y realmente me llamo la atencion de la calidad de moscas que ataba, altamente recomendables. Rechaze la oferta de utilizar las moscas de el, ya que desde el principio el objetivo era pescar unicmaente con las moscas que habia atado. Con Pollo terminamos un dia para no olvidar mas, se me deben haber ido unos cinco o seis dorados pero clave al fin unos 11 de los cuales uno mas grande que el del dia anterior. No podia pedir mas, el objetivo de mi primer dorado mas que cumplido y una jornada de dos dias en donde la pesca me habia regalado mis primeros 16 dorados, el clima mas que perfecto, la comida y la buena compañía no pudo haber sido mejor.
La droga Santiagueña habia sido probada y dificil de dejar esta adiccion. De regreso a Esquel todas las mañanas despues de levantarme miro el clima en Loreto, y cada vez que me pasan a buscar a las 6 de la mañana para ir a trabajar cierro los ojos y en el viaje de una hora hacia el trabajo sueño que estoy a bordo de la estanciera del Pompi llendo hacia el rio Dulce en busca de un nuevo Amarillo.