Todos los años suelo ir para la apertura al Limay superior, al margen de lo desafiante que es buscar sus impredecibles marrones, aprovecho para reencontrarme con un gran amigo y guía, Carlitos "El Negro" Vidal, con 20 años de experiencia es un as del shoting y el streamer y uno de los mayores ´´levanta pescados´´ que hay en la zona.
El limay es un río tan querido como despreciado, suele generar un sentimiento de amor y odio a quienes lo visitan, pues pescar allí es como ir al casino, generalmente gana la casa pero cuando la suerte está de nuestro lado, el premio es grande.
Este año por razones laborales ya estábamos a 20 de noviembre y todavía no había ido. Hablaba seguido con mi gurú quien me mantenía al tanto de como venía el río pasándome los reportes de sus sa Ver más...Todos los años suelo ir para la apertura al Limay superior, al margen de lo desafiante que es buscar sus impredecibles marrones, aprovecho para reencontrarme con un gran amigo y guía, Carlitos "El Negro" Vidal, con 20 años de experiencia es un as del shoting y el streamer y uno de los mayores ´´levanta pescados´´ que hay en la zona.
El limay es un río tan querido como despreciado, suele generar un sentimiento de amor y odio a quienes lo visitan, pues pescar allí es como ir al casino, generalmente gana la casa pero cuando la suerte está de nuestro lado, el premio es grande.
Este año por razones laborales ya estábamos a 20 de noviembre y todavía no había ido. Hablaba seguido con mi gurú quien me mantenía al tanto de como venía el río pasándome los reportes de sus salidas con clientes.
A diferencia del año pasado este noviembre comenzó muy caluroso y poco pasó durante la primer quincena por lo cual no me había perdido de mucho, pero la semana pasada se produjo un cambio de clima trayendo viento, frío y lluvia, incluso algunas nevadas en los cerros, lo cual sería sinónimo de revuelta en el lago y por ende propiciaría el ingreso de algunos pescados al río.
Aprovecho un hueco en la agenda de Carlitos que coincide con otro de mi semana y me hago una escapada. Voto más temprano que nunca y corro al aeropuerto a tomar el primer vuelo a Bari. Para las 15 hs ya estábamos comiendo unos paty a la parrilla en su casa de Salmón entre Arco Iris y Fontinalis, a 100 m. de la boca. Cafecito, moscas sobre la mesa y a ver con que arrancábamos la tarde para pescar esos 200 m. de río que separan al lago del puente.
Al llegar, un amigo del grupo, Juancito Leobono acababa de devolver una plateada muy linda por lo que el pique pintaba próspero.
El cauce viene ancho, está más alto que el año pasado a raíz de las nevadas que se extendieron hasta la primavera, la piedra de Baruzzi esta inalcanzable y aquellos que hozan llegarle terminan haciendo la vertical sobre ella para escurrirse los litros de agua que le entraron al wader. Del lado neuquino, las rosas mosqueta y retamas están a solo 10 m. de nuestras espaldas, aun ganando unos pasos hacia a dentro del río, así que meter un back cast no es tarea sencilla.
Aproveché las condiciones para estrenar una Thomas & Thomas DNA #7 13', una artesanía que se luce más en el agua que en una repisa. Por el caudal estimaba que los peces no deberían estar muy adentro por lo que descarté el skagit y me incliné a un Rio scandi body de flote de 400 gr y un tip de 15 ft S4.
Al concluir la primer pasada entendí que la corriente estaba más fuerte de lo que parecía; la mosca pasaba muy arriba y el body no ayudaba a que ésta logre bajar pero me sirvió para familiarizarme con la acción de la caña y sentir si la carga era la adecuada. Los 510 gr que sumaba el total de la línea le sentaron perfecto, por lo que decidí mantener el peso y sólo cambiar su densidad.
Carlitos me da prioridad pero insisto que pase el adelante mientras yo alisto nuevamente el equipo y de paso puedo verlo cómo va haciendo su magia. Retomo la vuelta con un Rio Scandi body S4 y un tip de 15 ft S6. En cada tiro que hacía repasaba en mi cabeza los tips y conceptos que traía frescos de escuchar a Marcelo Morales en un evento de Técnicas de Pesca con Streamers, por lo que cada uno de ellos lo trabajaba distinto.
Faltaban 50 m. para llegar al puente, mi mentor termina su pasada, se sienta en una piedra, se prende un pucho y me dice patito atento que estas llegando a una zona caliente mientras me marca la división de dos aguas y como una de ellas se acelera sobre un canal. Meto un buen cast pero éste queda a mitad de camino por enmarañarse el slick; acomodo rápido, hago un circle spey a mi izquierda y saco otro, esta vez largo y prolijo, pull back mend, dejo que entre, paso la caña a mi mano izquierda para alargar el swing y antes del cierre la regreso a la derecha y apunto hacia adentro para cambiarle la dirección al alevino, la línea se detiene (tal vez piedra), ante la duda afirmo, el agua explota y con ella mi presentimiento. Carlitos salta de su asiento y comienza a guiarme para domar a esa fiera que con cada salto me detenía el pulso. Juancito y el Seba Escudero dejan todo y se acercan al espectáculo. Logro arrimarla, el negro la toma de la cola y apoya su mano sobre sus ojos para tranquilizarla. No lo podía creer, estaba maravillado ante ese ejemplar, un pescado super sano, totalmente cromado, recién salido del lago. La alegría y satisfacción me desbordaba, sin más pretensiones desarmé todo y nos fuimos a festejarlo.
Aunque la mayoría de las veces este río es indiferente a nuestras plegarias, cuando hacemos los deberes y los astros se alinean el Limay nos regala uno de estos trofeos.
A la mañana siguiente, aun con algo de adrenalina en la sangre, salimos a flotar el primer tramo. Sabíamos que el segundo venía bien pero Carlitos quería aprovechar mi visita para relevar esta parte y ver si había mejorado con respecto a la primera semana.
Un poco más abajo del Alamo Guacho meto una buena debajo de los sauces pero por querer asegurarla no le aflojo y se suelta, maldije a los cuatro vientos pero 500 m. más adelante tuve mi revancha; otra trucha se vio tentada cuando llegando a una corredera meto palo hacia adentro, deriva larga y la traigo con golpecitos de puntera y streap largos. No era tan soberbia como la del día anterior pero era otra plateada al fin, una gloria. Mates, anécdotas y risas, la mañana transcurre al igual que los cast. Algunas arco y residentes menores también se dieron a la cita aunque lo mejor ya había pasado. Por mi parte tanto el día como el viaje ya estaban hechos, por esta vez no le podía pedir más al Limay.
Le agradezco a Carlitos y su señora Paola que siempre me reciben de brazos abiertos y en especial a él, quien desde que fui alguna vez su cliente a hoy que somos más que amigos continua enseñándome los secretos de este maravilloso río.